Hace unos días estuvimos buceando en la Cala de Aiguafreda (Begur), más que una inmersión fue un remojón para saciar nuestra sed de mar. En los días que sopla levante -el viento que más dificulta la práctica del buceo- la superficie del mar suele estar muy picada, pero debido a su ubicación Aiguafreda queda bastante guarecida del oleaje.
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