jueves, 24 de febrero de 2011

Buceando en el Polo Norte (-30º) con Rolex

El primer buceador que realizó una inmersión en aguas frías fue el alemán Heinrich en 1901 durante una expedición a la Antártida y desde entonces son muchos los que cada año se sumergen en aguas  heladas realizando sus propios agujeros en la superficie de lagos. Una de las ventajas de esta práctica es que la luz bajo el agua suele ser muy buena ya que el hielo funciona como filtro y protege la superficie del viento, la nitidez del agua es extrema. Las vistas bajo el hielo son espectaculares.



En el caso de los polos, el agua permanece a temperatura superior al punto de congelación porque la capa de hielo hace de aislante y la presión justo bajo esa capa de hielo no es suficiente para permitir ese fenómeno.

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