lunes, 11 de abril de 2011

Nuestra Senora de Atocha

Hace unos días algo brillante llamó la atención de Bill Burt durante una inmersión a 35 millas de la costa de Cayo Hueso, donde él y su equipo fueron en busca de la parte trasera del galeón español Nuestra Señora de Atocha, que se hundió  durante un huracán en 1622. Los ojos de Burt no lo engañaron, ese brillo era de oro. Una cadena de oro de 101,6 centímetros, para ser precisos. La cadena, que se cree la de Atocha, se estima en un valor de 250.000 dólares. Los eslabones de oro están conectados a una cruz de oro negro esmaltada que mide 5 centímetros por 3.25 centímetros. Alrededor de la cruz hay inscripciones latinas. También se une a la cadena, que es similar a un par de rosarios, una medalla religiosa de oro, un azabache y una florecita de oro.
La inmersión se realializó desde la cubierta de la JB Magruder, un buque de rescate propiedad del busca tesoros Mel Fisher. En 1985 el equipo de Fisher recuperó una gran parte del tesoro del Atocha, cerca de 450 millones de dólares. Las valiosas reliquias religiosas a menudo se almacenaban en parte trasera de madera de la nave, o el castillo de popa, donde sólo los más ricos pasajeros - incluyendo el clero y la nobleza - viajaban. El descubrimiento de esta cadena le da a la tripulación de la esperanza de llegar a encontrar el castillo de popa del Atocha, que se cree que fue arrancado de la nave durante un huracán.


2 comentarios:

  1. Debería darnos verguenza no defender nuestra historia y nuestro patrimonio arqueológico.

    El verdadero tesoro está en la historias que los pecios contienen.

    No hay derecho...

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  2. Si hay, el de gastarte tu dinero en buscarlo... Quien te lo impidió socialistoide, despuesque otro se gasta el dinero y esfuerzo quieres venir a quitarselo?

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